Le vio alzar una ceja y poner esa sonrisa suya, medio
burlona medio cínica que hacía que todo temblara bajo sus pies…Porque todo en
él la hacía temblar. El poder que ejercía sobre ella la sobre pasaba, no podía
comprender qué era, en qué conjuro maligno había caído, para sentir lo que
sentía.
Dudó. Dudó unos minutos que parecieron segundos…dudó el
instante justo para que él le rodeara las muñecas con las esposas y pasara la
cadena de los grilletes detrás de uno de los barrotes de la cama.
Se encontró de repente con los brazos extendidos por encima
de su cabeza, con tan solo, quince centímetros de movimiento en cada una de sus
manos…lo que permitía la cadena que las separaba.
La había esposado a la cama…
¿Cómo en las películas? ¿Cómo en un sueño erótico de adolescentes?
¿De dónde narices las había sacado?
¿Cómo había sucedido?
Empezó a sudar. Un poco.
¿Cuánto hacía que le conocía? Tres semanas, cuatro días,
seis horas y diecisiete minutos…Y al minuto dieciocho estaba en ropa interior
esposada a una cama de una habitación de un apartamento en medio… ¿de dónde?
¿De dónde?
¿Se había fijado qué salida había tomado en la autopista?
Intentó apartar de su mente todos esos pensamientos de
alarma y volvió a fijarse en él. La estaba mirando. Con esa sonrisa en los labios.
Su mirada se había oscurecido, o eso le pareció a ella.
-Confianza-habló él de repente.
Y tiró con fuerza de sus muñecas haciendo resonar la cadena
en el cabecero y las esposas se cerraron aún más clavándose en su piel,
haciéndole escapar un grito de dolor.
El hechizo del deseo se congeló durante unos segundos.
Confianza…por dios… ¿dónde lo había conocido? ¿quién sabía
que estaba ella allí?
El acercó sus labios a su cuello y subió besándola despacio
hasta el lóbulo de su oreja, lo mordió ligeramente y le susurró algo muy
despacio. Las palabras se sucedieron en imágenes y sintió una corriente eléctrica que le
sacudió la espalda y un sudor frío empezó a empaparla.
¿Cuántas veces había soñado
y había reído con las amigas de estar a merced de un hombre como
aquel…esposada precisamente a una cama????
¿Le parecía ahora gracioso? ¿ le parecía un buen sueño?
Bueno…quizás se precipitaba…todo era parte del juego… él quería ponerla a
prueba…seguro…la estaba poniendo a prueba…
-Nunca podrás dejarme…ahora me perteneces…
¿Lo había entendido bien? …estaba aturdida… había bebido un
poco…la ginebra nunca le acababa sentando del todo bien…perdía el control con
facilidad…y él…él le hacía perder el poco control que le quedaba en su
cuerpo…jamás se había sentido así.
¿Dónde lo había conocido? ¿Quién era realmente? Los
recuerdos se agolpaban en escenas de auto control desde su más tierna infancia. No hagas
esto…no hagas lo otro…controla tus lágrimas, jamás llores en público, no
demuestres tu alegría a carcajadas…contrólate… mantén tu espalda erguida, haz
ejercicio, el ejercicio te liberará la mente, no repliques, no contestes, no
desobedezcas, no confíes, nunca confíes en nadie…sé autosuficiente…control,
control…
Al cumplir los treinta perdió el control…con él…aquella noche…la
lluvia era tan intensa que era imposible no dar un solo paso y no quedar
empapada…odiaba mojarse, no lo soportaba. Llevaba todo el día con los pies
mojados, había tenido un mal día. Era el peor día de su vida…su gato había
aparecido muerto en la alfombra de la entrada…hacía días que no aparecía por
casa…pero carecía de importancia, Charly era un gato callejero al que había
adoptado o él la había adoptado a ella,
porque Charly no pertenecía a nadie, era
un gato grande, majestuoso, entraba y salía de su piso cómo y cuando quería. A veces aparecía con alguna
herida de sus guerras callejeras con los gatos del vecindario y la esperaba en
la mesa de la cocina y se dejaba curar…Era independiente igual que
ella. Ella le sonreía, le rascaba la cabeza, le daba de comer y beber y Charly
se daba por satisfecho.
Control…recogió al gato…lo envolvió en una toalla y lo llevó
al veterinario para que ellos se ocuparan de incinerarlo. De repente sintió
ira. Una ira asesina. Y unas intensas ganas de llorar. En el trabajo no la
entendieron, era sólo un gato…y su tristeza aumentó de sesenta a noventa grados
en un segundo. No demuestres tus sentimientos, no hables más de la cuenta, no
expliques nada de tu vida a nadie…no te entenderán…no des confianza…
Y perdió el control…con él…jamás no lo había perdido, en
treinta años. Jamás se había apartado del camino establecido. Su vida
inmaculada. Su vida atormentada encerrada en cajones bajo llave.
Y él le ofreció un abrazo en blanco y negro. Se fundió. En
él. Sin conocerlo. Bajo la lluvia. Empapados los dos. Y la besó. Y sintió que
todos los años de auto control desaparecían en un segundo, le temblaron las
piernas cuando él rodeó su cuello con sus manos y la atrajo otra vez a sus labios,
la besó tan lentamente… como a cámara lenta, había besado a muchos
hombres…jamás nadie lo hizo con esa lentitud,
parecía recorrer miles de quilómetros en cinco centímetros de
labios…saboreaba su ser, su alma, era un demonio absorbiendo el último suspiro de raciocinio que le
quedaba. El mundo…el mundo la perdió en ese mismo instante y en los siguientes
instantes que procedieron al minuto dieciocho.
JUNY 2012
Son enormes los costos de la sociabilización. Las formas aceptadas no admiten los sentimientos al desnudo. Terminados convirtiéndonos es un esteriotipo admisible, en seres sociables carentes de sentimientos verdaderos. Cuántas veces contenemos un abrazo y cuántas otras las lágrimas. Los ojos se van secando de tanto reprimir el torrente que intenta inundarlos y el corazón va solidificando un escudo para que lo defienda de las flechas del amor y de la amistad. No debe haber sentimientos para que no haya dolor, es cierto, pero tampoco hay vida plena.
ResponderEliminarUn beso grande
Hola Alejandro...
EliminarLo has pillado, como siempre...la protagonista tiene tantas carencias,le han inculcado tantas creencias,que el control es lo único que la salva...pero no demuestra nunca ningún sentimiento...para no sufrir. Pero cuando se da cuenta de todo lo que no ha vivido, cuando se da cuenta que puede hacerlo... topa con la persona equivocada...
Pero eso, nos pasa a todos...tenemos que aprender a levantarnos y aprender a pegarnos tortazos...no pasa nada...todo se aprende y la vida sigue...
Gracias! Por todo.
ok
un besazo enormmmeeee!!!!
Me encantó este relato Mam!!!
ResponderEliminarMe hiciste acordar de esa maravillosa sensación cuando cedes el control, cuando ya no eres tú, cuando es Su voluntad y no la tuya...
También me hiciste acordar de una amiga que hace años me dictó un número de teléfono y me dio un nombre. -Apúntalo por si me pasa algo, que por lo menos tú sepas dónde y con quién estoy-, me dijo.
Hace un par de meses encontré aquél papel y se lo comenté, tuvimos que hacer un esfuerzo extraordinario para identificar con que tipo había salido y cuando jajajajajaja
Y pensar que en esos momentos, ella había depositado el control de su vida en sus manos, y ahora, ya ni siquiera era un recuerdo...
Muy buen post.
Petonets maca
Otra cosa, que de recuerdos me hiciste evocar con la imagen que elegiste para adornar tu post... Uffffffffff
ResponderEliminarUn altre petó
Perder la voluntad....
Eliminarcosa peligrosa en estos tiempos de dios...y para nosotros mismos...si no sabes con quien la pierdes y si no sabes hasta "donde" puedes perderla... puedes perderte de verdad...y mal...
Yo cuando era adolescente y nos íbamos con las amigas de copas...siempre me decían que yo era una paranóica (pero me hacían caso) siempre les decía que cuando se fueran con alguien que antes, el resto, teníamos que verle la cara al sujeto en cuestión...por si a caso...
Ahora, una de ellas me dijo que le explicó a su hija que lo hicieran con las amigas... por si a caso...
Y los recuerdos Laura...que selectivos...hoy todo nos hace daño o alegría y mañana todo cae en el olvido...
Eres GENIAL!!!!! me encantas preciosa!!! un besazo i mollltsss petons!!!
Tienes razón perder el control en estos tiempos puede ser fatal, pero en la vida a veces hay que correr por caminos peligrosos.
ResponderEliminarUn abrazo
efe
Queridos
ResponderEliminarTenéis toda la razón...a veces hemos de arriesgarnos...también porque quien no arriesga no vive...y nos perdemos constantemente cosas interesantes por miedo...
Lo único, ser el máximo posible de precavido.
A partir de ahí...
Mil gracias!!!!
un super abrazo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
La respiración se vuelve urgente, tu pecho quiere salir de tu cuerpo, tus ojos quieres seguir cerrados, los nervios de tu piel se vuelven antenas gigantescas que lo multiplican todo..
ResponderEliminarTu cerebro quiere censurar todo, tu boca tiene sed y quiere más...
Y la sensación de haber pecado, al día siguiente vuelve a encelarte...
Ira al infierno signorina , lo sabe??
Beso envidioso..
Sicilia
Sr. Sicilia
Eliminarya estoy en el infierno...¿no se ha dado cuenta? el mundo...
Creo...que le da demasiado a los Martinis...
Tendría que dejarlo...le sientan muyyyy mal...
Un beso
Excelente historia. Secuencia a secuencia he podido sentir esa sucesión de diferentes bocas, no hagas, no dejes, no... Pero ninguna de ellas se atreve a acabar la frase, por que sino haces, sino dejas, sino confías en realidad no vives.
ResponderEliminarLo que parece un día nefasto puede convertirse en un día absolutamente mágico y revelador, porque así es la vida... una sucesión de impensables momentos cargados del aprendizaje para el que quizás, no nos educaron.
Sigamos aprendiendo, confiemos en nosotros sin miedos.
Un beso guapa!
Hola Juliette!!!
EliminarLo que nos imponen, las creencias de las personas de nuestro alrededor, la sociedad en general con sus tabúes y sus prejuicios...todo nos condiciona la vida... y a veces romper con todo es tan difícil...
Y si dejáramos atrás todos los miedos que tenemos, seguro que viviríamos muchísimas experiencias más...y que pasa ¿si nos caemos? pues volveremos a levantarnos!!! tampoco es para tanto!!!
Muchas gracias por tus palabras Juliette!!!
un besazo corazón!!!!!!
Hola Maman,
ResponderEliminarSi la historia que cuentas es verdadera, te entiendo!
Yo nunca he tenido el control! ni sobre mí, por todo lo que he llegado a sentir o pensar! ni sobre nadie que yo recuerde.
Pero se ciertamente de lo que hablas, es como al que le gusta el chocolate y se compra una caja de bombones, pierde el control hasta que se la termina, sabe que le sienta mal pero quiere llegar hasta el final!!
Hablando en serio,
Perder el control, es como la primera vez que tienes una cita, no sabes que decir, no sabes que hacer, aunque lo llevabas todo ensayado, te sientes frustrado ante la situación!!
Una mirada, un roce de manos, un silencio…. Y.. sigues preguntándote…
Te incomoda la situación, pero decides dar confianza unos minutos más perdiendo todo el control, esperando lo que sucede y imaginando lo que va a suceder, dando rienda suelta a tus emociones o esperando retomar el control!!
En definitiva, nos encontramos como dices encajados en una sociedad y pensar que todo lo que hacemos es por qué queremos, pero cuando llega este momento……
Un beso, y si puedes, se tú la que tenga las llaves de las esposas
Dodo
Hola mi ángel de la guarda...
ResponderEliminarTe voy a tomar la palabra...intentaré siempre...tener esas llaves conmigo...
Perder el control...es muy peligroso...puedes perder todo lo que tienes y quizás al final...¿para qué? realmente es tan necesario¿¿¿ vivirlo todo...????
¿Por qué no nos conformamos con los sueños? Sería menos peligroso...
Las personas y nuestra manera de comportarnos...¿por qué todo es tan difícil? decidir...hacer...equivocarnos..no equivocarnos...todo es un riesgo...
De todas maneras...¿realmente crees que en algún momento no tuviste el control?
¿Tu lo crees?
Un besazoooooo!!!
granota...granota...
No sabes hasta que punto me siento identificada con tus letras. Perder el control esta genial, lo malo es recuperarlo.
ResponderEliminarMuchas gracias por las recomendaciones, sigo leyendo.
Un beso
No sé como darte las gracias Obtusa, pero me haces sentir muy bien...que alguien te lea y le guste lo que lee. A mi me pasa muchas veces con blogs a los que estoy enganchada por la manera como escriben las historias. Siempre pienso, esto es escribir bien.
ResponderEliminarNunca se está contento con uno mismo...
Gracias de nuevo.
En tres años las cosas cambiaron mucho en mi vida y descubrí otro mundo.
En cualquier ámbito, perder el control tiene un costo.