miércoles, 24 de agosto de 2022
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martes, 16 de agosto de 2022
Historias Subterráneas: Fantasías.
sábado, 6 de agosto de 2022
Salir a la calle y ser feliz no es algo fácil.
Pablo trabajaba en una fábrica que cerró hace mucho tiempo. Tenía un piso alquilado. Nunca le dió el sueldo para poder compar uno. Vivía. Y ya. Con la devaluación el dinero de la pensión ya no daba para pagar el alquiler así que metió cuatro cosas en dos bolsas y dejó su casa con todos los recuerdos de su vida. Su mujer ya no vivía y no tenía hijos. Su perro murió hacía un tiempo y eso lo alegra.
El primer día en la calle fue un infierno y no durmió en toda la noche, ni la segunda ni la tercera, ahora duerme unas horas solamente. En menos de medio año envejeció diez años más. Así es la vida: me dice. Durante el día y parte de la noche se la pasa viajando en el subte, ahí se siente acompañado y no hace frío. Luego se sienta dentro de un cajero automático durante horas. Se compra una botella de coca-cola que le llena mucho la panza y a veces chocolatinas. No pide dinero a nadie, pero a veces alguien le da algo porque lo ven ahí sentado en la calle con la cabeza gacha. Como yo.
No me veo como un indigente, me dice. Yo tampoco la primera vez que lo vi. Con su bolsa de alimentos, su camisa limpia y planchada y sus zapatos lustrados. Ahora ya no va limpio y todo lo que tiene lo lleva puesto.
Se me parte el corazón cuando lo veo pasar mientras yo paseo a mis perros. Cada vez que nos cruzamos sonríe al ver a Chinchu, mi perro pequeño; que es muy gracioso.
A veces salgo a la calle con quinientos o mil pesos por si veo a Pablo. Ya sé que no le arreglaré la vida. Pero es eso o nada.
Me gustaría que las personas fueran como los perros. Los sacas de la calle, los alimentas, les das un baño y un poco de cariño y les buscas una casa de adopción para que vuelvan a tener la vida que se merecen. No sé si Pablo se merece otra vida mejor. No sé qué vida tuvo ni si fue una buena o mala persona.
Un perro es más fácil. Lo cuidas, te mira y te puedes imaginar la vida de mierda que tuvo según su comportamiento.
Las personas también tienen vidas de mierda pero no estamos preparados para hacer nada. No puedo llevarme a este señor a casa. Ni a Ezequiel.
Ezequiel vivió durante unos meses en una esquina de otra calle que está en el recorrido que hago con mis perros. Ezequiel tendrá unos veinte años, argentino, siempre vivió en la calle.
Durante el tiempo que estuvo ahí le llevaba el desayuno y la cena. El almuerzo se lo llevaba otra chica que trabajaba al lado dónde él dormía. El segundo o tercer día que lo vi, me decidí a llevarle un café y unas medialunas y le pregunté qué prefería, si café u otra cosa para el día siguiente. Me dijo que leche con chocolate. Sentí dolor.
Maduixa se le acercaba y le daba lengüetazos y él la abrazaba. Maduixa es mi otro perro y ama a la gente. Creo que tiene un sexto sentido. Ama a las personas "de la calle".
Ezequiel no tenía todos los patitos en fila. A veces lo observaba. Se sentaba encima de sus mantas sucias y su pelo lleno de rastas y se reía y hablaba al cielo. Desapareció un día tal como apareció.
Pablo, Ezequiel y miles de ellos multiplicados por millones son el resultado de una política populista y de odiar al pueblo Argentino. Gobernantes que se jactan y gritan en sus discursos de ser patriotas y de amar al "pueblo" y de echarle la culpa a otros partidos políticos.
Pero lo cierto es que Argentina lleva décadas manipulada por unos pocos que la han llevado a la miseria y han conseguido que su gente mendigue por un plan de mierda, no tengan futuro, no tengan nada.
Que gobiernen provincias como si fueran caciques. Que se roben todo y más. Y que ahora se estén vendiendo sus recursos y sus tierras a los Chinos por cuatro dólares.
Es una tristeza este país hermoso y ver cómo lo despedazan para tener más dinero y poder. Y que la gente, esa misma gente que los vota no puedan verlo por ideología.
Yo no soy patriota ni nunca lo seré, nunca voy a mojarme por una bandera, ni por un partido político, ni por ningún país. Intento ver lo bueno y lo malo.
Por eso nunca entenderé a esos que van de ''patriotas'' y no ven más allá de su ideología de mierda que normalmente es heredada de sus padres. Esa ideología que no les deja ver cómo los engañan, como los manipulan y destrozan todo aquello por lo que dicen amar.
Es una tristeza ver el mundo al que nos vamos dirigiendo.
Salir a la calle y querer ser feliz no es algo fácil cuando ves tanta desigualdad y tanta indiferencia.