lunes, 30 de octubre de 2017

Reminiscencia



Ya no tengo edad para extrañar a mi abuelo, pero últimamente pienso mucho en él. Tuve un abuelo, al que nunca hicimos mucho caso. Sólo estaba ahí.

En Navidad, en casa de mis tíos, él se sentaba en una punta de la mesa rodeado de niños. Ahora que rememoro la escena no la entiendo muy bien. No sé si era él que quería sentarse allí con nosotros o quizá que a sus hijos él no les interesaba o viceversa. No sé.
Lo cierto es que yo siempre me sentaba a su izquierda en esas comidas y le observaba. Era un hombre de pocas palabras,  más bien callado. Su cara siempre reflejaba cansancio. Tenía unos ojos tristes, un pelo demasiado espeso para la edad y blanco, blanquísimo, que contrastaba con su piel morena. Cuando te acercabas para darle un beso siempre rascaba a pesar del olor a espuma de afeitar.
Las arrugas surcaban su cara, parecían que siempre hubieran estado ahí. Cuando te dirigías a él y le hablabas, su sonrisa tímida le iluminaba el rostro. Era amable y agradecido. Tenía una infinita paciencia. Sólo le vi una vez enojado, una sola vez en mi vida. Y fue con alguien indigno. Pero esa, es otra historia.

Recuerdo cómo vestía, siempre pensé que parecía un "pobre". Cosas de niños. Unos pantalones marrón claro de algodón que se ceñía a la cintura con un trozo de cuerda. Una camisa no demasiado blanca, gastada, con las mangas dobladas a la altura de los codos. Su piel curtida por el sol, arrugada. Y unas alpargatas con suela de yute.
Le recuerdo así. Las manos sucias de tierra, de su huerto alquilado en un lugar  de campos en medio de la ciudad de Girona. Muchas veces cargando un saco grande en sus hombros lleno de patatas u hortalizas. Su huerto, cuando dejó la fábrica de harina, era su vida.
Luego, de mayor, lo recuerdo de otra manera. Más limpio, más pulido, con traje, pero con zapatillas deportivas. Nos reíamos con él. Nos decía: mis pies no soportan los zapatos. Cómo iba a soportar unos zapatos, si siempre había usado alpargatas!

Cada Navidad nos sentábamos a su alrededor ajenos al bullicio de las conversaciones de los mayores. Mis hermanos y mis primas le preguntábamos por la guerra desde nuestra conciencia de niños. Cómo le fue en la guerra y si había matado a alguien.
¿Eran malos, verdad?

Este fin de semana mirando una película, recordé esa escena que se repetía casi todas las veces que mi familia se reunía y nos sentábamos a su lado.
Su mirada se oscurecía. Recuerdo perfectamente cómo se pasaba la mano por el rostro con gesto cansado y cómo apoyaba su mejilla en la palma de su mano. Ahora, pienso que tenía un aire a esa escultura de Rodin. Siempre con esa mirada profunda y lejana.

¿Tú eras de los buenos?. Depende. Y le mirábamos expectantes. Recuerdo a la perfección sus palabras. Siempre eran las mismas, un año tras otro.
Muchas veces me arrepiento en el alma de no haber prestado más atención, de no escucharle más, de saber. Ahora querría saber muchas cosas. Querría aprender de su hablar excesivamente medido, de su serenidad, de su manera de ver la vida, de ver a las personas. Seguro, tenía una manera mejor que la nuestra. Que la mía. Que la de muchos.

¿Pero eras de los buenos o no?. Nadie era bueno. ¿Y tú, con quién ibas? Con nadie. A mi me dijeron que iba con los "rojos". Nadie me preguntó. Nadie nos preguntó. ¿Y eran buenos? Depende. ¿Y los otros eran malos? Depende. ¿Qué más recuerdas? Que pasábamos mucha hambre. Mucha. Y que nos comíamos a los gatos y a las ratas. Nooooooo!!! gritábamos todos. Iaio!!!!!!! Y él sonreía.

He recordado esa sonrisa mil veces, acompañada de sus ojos. Los gatos y las ratas despellejados son iguales a los conejos. Tienen el mismo sabor. Y se encogía de hombros. Y miraba esa mesa de Navidad llena de bandejas que rebozaban comida.
Mis primas chillaban haciendo muecas.
Luego, en el campo, no habían ni ratas. Allí, no había nada. Y ahora a mi se me hace un nudo en el estómago. ¿Un campo? Sí, donde estuvimos presos.
Siempre he creído que no inventó lo de las ratas y los gatos. Era como una anécdota divertida pero su sonrisa se empañaba con sus ojos.
Nadie era bueno. Nadie es bueno en una guerra, niños.
Y yo me quedé con eso.




sábado, 28 de octubre de 2017

Los poderosos nos llevaran a la tumba y se burlan de nuestro destino...



-Eso es lo que quiere. El caos. El problema es que él nos conoce mejor que nosotros mismos. Por eso anoche fui a Argel.

-Está fuera de la zona de cuarentena...

-Tenía que ir. No quedaba gran cosa, pero cuando llegué allí, sentí algo muy extraño.
De repente sentí que todo estaba relacionado. Fue como si pudiera verlo todo.
Una larga serie de acontecimientos que se remontaban a antes de Argel. Sentí como si pudiera ver todo lo que había pasado y todo cuanto iba a pasar.
Era como una secuencia perfecta deslizandose ante mi y me di cuenta que todos formamos parte de ella. Y que estamos atrapados por ella.

-Entonces ¿sabe qué va a pasar?

-No. Fue una sensación. Pero la imagino.
Con tanto caos alguien cometerá una estupidez y cuando eso ocurra, las cosas se pondrán muy feas.

(Eric Finch / V de Vendetta)


jueves, 5 de octubre de 2017

Y si vivimos en un mundo donde todos son malos...todos serán monstruos en el futuro...





He escrito y reescrito esta entrada como cien veces durante los últimos días. Es imposible, aún estando a diez mil kilómetros de mi casa no sentirme en ella. Y me duele en el alma ver cómo van las cosas, leer comentarios, ver y escuchar vídeos.
Abrir el facebook, los periódicos, las noticias...y sentir tristeza.

He estado a punto de caer en el fatal error de escribir sin pensar y de comentar en el muro de alguna persona en facebook, movida por el impulso. De dejar mi opinión en algún periódico, en algún lugar de los miles que existen para dejar una pequeña muestra de lo que "opinamos" y hacerlo sin pensar.

He tenido tiempo de indignarme, de defraudarme, de poder defraudar, de sentir rechazo, de sentir odio y de sentir miedo.

Pero me contuve y no comenté lo primero que me venía a la cabeza. Intenté pensar, pero no puedo pensar a gusto de todos. Obvio.

Intenté pensar sólo por mí y no influenciada por nadie, ni por nada.

Estos días han sido y son intensos. Preocupantes. Alarmantes.

He podido reflexionar porque aquí, en Buenos Aires, la gran mayoría de gente no puede ni quiere "posicionarse", porque no entienden lo que pasa en España. En el fondo es confuso hasta para nosotros también. Los que tienen familiares o amigos se inclinan hacia un lado u otro por lo que les explican, pero quieren saber más y te escuchan.

Con sus preguntas, he podido preguntarme a mi misma y he podido responderme de diferentes maneras. No es fácil ser ecuánime porque al final te tiran los sentimientos, que son inexplicables.
O acaso alguna vez se pudo explicar el odio o el amor.

Durante éstos días he estado leyendo mucho, viendo noticieros y contrastando noticias.

Produce terror ver cómo se manipula la información, cómo se añaden o recortan imágenes y textos a favor de un "bando" o de otro.
La información queda totalmente sesgada. Deja de ser información y se convierte en opinión. Y nosotros, con soberana estupidez, la compartimos a diestro y siniestro. Evidentemente sin contrastar y sin pararnos a pensar siquiera si es real.

Supongo que es normal. La tecnología no da para pensar.
Da para hacer click y soltar toda la mierda que puedas. Y sin pensar propalas una marabunta de insultos, improperios y demás enajenaciones mentales.
Y el odio se va multiplicando.
Además uno sólo comparte lo que coincide con lo que piensa, claro está.

Quizá podría terminar mi escrito aquí y quizá quedaría bien con la mayoría. Los más me darían la razón porque al fin y al cabo esto es bastante razonable. Pero no quiero quedar bien, quiero dar mi opinión y posicionarme, aunque reciba críticas.

Como ya he dicho es mi opinión y es lo que yo siento. Inevitablemente es una opinión sesgada por mis raíces. Además, por definición ningún sujeto es objetivo y menos yo.
Pero es mi opinión, no tengo otra. Quizás mañana la cambie, pero hoy es ésta.
Por suerte, no le tengo miedo al cambio, ni a decir: joder, me equivoqué.

A la violencia la condeno de plano. Condeno no sólo los actos de la policía y de los dos gobiernos, sino también las provocaciones, los insultos, las amenazas y los chistes de mal gusto en todas las redes sociales. De ambos "bandos".

En esta cuestión no acepto los "peros". “No hay justificación... pero...” eso es lo que más se escucha. Ese "pero" inocente justifica al fin y al cabo esa violencia nada inocente. Toda esa gente que dice que Cataluña es parte de España pero a la vez justifica el ataque a sus conciudadanos.
Eso es lo que más me entristece.

Personalmente la política nunca me ha gustado. Y menos hoy en día, que estamos rodeados de malos políticos, chaqueteros y corruptos.
La verdad, yo hago poco o nada por cambiar la situación.
Cuando toca votar, voto, como la mayoría de las personas.

Sé que esta votación era ilegal, lo repito aunque no hace falta porque todo el mundo lo sabe.
Pero, ¿qué le queda a las personas de a pie para hacer saber qué algo les molesta, les indigna, no les gusta, o les parece injusto? ¿cómo se hace cuando los canales naturales se han cerrado?
La gente salió a la calle porque están cansados e indignados. Para algunos el reclamo es justo y para otros injusto. Dejemos eso aparte.

Cuando la gente está decepcionada, desilusionada y no recibe respuestas de ningún tipo encuentra un alivio en el voto, aunque sea ilegal y aunque no sirva de nada.
Yo creo que este voto ha sido la reacción civilizada de gente civilizada a la cerrazón gubernamental, tan legal como poco ética.

Quizá habría que preguntarse ¿por qué es ilegal votar? No da la impresión que el hecho de votar sea de por sí un delito. En todo caso podrá ser un delito intentar aplicar aquello que se ha votado, pero el voto es un ejercicio cívico, aunque pueda ser inútil.
La violencia no es un acto de civilidad, aunque pueda ser útil para algunos.

La historia, en todos los rincones del mundo, nos enseña que con la violencia nunca se ha llegado a ninguna parte. En nuestro caso en particular, lo único que se ha conseguido es fomentar más odio.
De los dos bandos.


Ser catalán o ser español no es algo que se elige. Es algo con lo que naces. Algo fortuito pero que llevas con sentimiento y algo que, por desgracia, pareciera que en estos tiempos te obliga a posicionarte.
Yo estoy viviendo toda esta movida desde la otra punta del mundo, en otro país que tiene sus propios problemas y bastante gordos, dicho sea de paso.
Quizás justamente porque estoy lejos y no recibo tan vivamente la catarata de emociones que vosotros sí recibís, debería tener más posibilidades de ser objetiva y eso he intentado.

Soy catalana y ese sentimiento no puedo cambiarlo, ni quiero.
Pero no soy independentista.
Es que toda mi vida me han "chupado un huevo" (expresión argentina) esas "historias" y las banderitas. He vivido siempre bien y en concordia con mi familia y mis amigos.
Con mis amigos quizás alguna vez tuve que escuchar algún: “vosotros los catalanes...” y algún: “vosotros los españoles...”, porque las diferencias existen pero no son insalvables. Por favor, nunca lo fueron.

Ya estoy un poco harta de leer y escuchar una y otra vez las palabritas, fascistas y nazis de la boca de unos y otros. Creo que las personas que las utilizan no tienen ni idea de lo que significan y si fueran honestos y un poquito inteligentes les avergonzaría utilizarlas.

Como en todos los conflictos (sean políticos, sociales o religiosos) a los gobernantes les "chupan un huevo" los heridos y los muertos.

Ellos seguirán en sus despachos sonriendo, mientras las familias del "pueblo", de un bando y de otro, lloran por lo que les dejó su patria...
Esa patria que les roba, les separa y se ríe en sus putas narices.

¿Esto puede arreglarse? Evidentemente. Siendo todos menos chulos, bajando de vueltas, reconociendo los errores y dialogando.

Y me sumo al: Hablemos/Parlem
Sin banderas!




Pues, aunque sea un vídeo de esos medio lacrimógenos que circulan por youtube, me parece muy acertado lo que dice esta nena...

Y sí...

Si vivimos en un país donde creemos que el "otro" es el "malo"...en un tiempo, en un futuro... todos acabaremos siendo monstruos...

Si vivim en un pais on creiem que "l'altre" és el "dolent"...en un temps, en un futur...tots acabarem siguent monstres...