domingo, 27 de agosto de 2023

Tempus Fugit 1

 

La gestión del tiempo nunca fue lo mío. Pero en este hemisferio fue como un hachazo ver como lo pierdo. Hace un año atrás me compré dos cursos online dónde te enseñaban a gestionarlo. Cabe decir que el curso lo dejé a medias y ahí está ocupando espacio en Drive. Si a alguien le puede servir, se lo paso.

También me apunté a la moda del "journaling" y los "dailyjournal". Consiste en hacerte tu propia agenda o llevar varios cuadernos que te sirvan para organizarte. Listas de cosas por hacer mensuales que luego se clasifican por semana, luego por día y luego por hora. Y se van desmenuzando en pequeñas tareas que puedas asumir hacerlas. La verdad que este método me sirve un poco más pero igual sigo gestionando mal las horas. El móvil no ayuda mucho. Está claro que por ahí se van muchos minutos que se convierten en parte fundamental del día. 

Una amiga se levanta a las 5.30h de la mañana para que su día sea más productivo y lo aprendió de varias  "instagramers" que sigue y que son unas gurús de hacer mil cosas a la vez. Siempre me huelen a chamusquina. ¿Será que tendrán ayuda en algún sector de la casa? 

Levantarme a esa hora y mucho más temprano lo hacía cuando tenía la tienda y debía viajar a París a comprar. Y sé cómo me sentaba...todo el día de mal humor y medio descompuesta del estómago. 

-Te acostumbrarías. -me dice mi amiga. Sí claro, y dime tú, por qué debo levantarme a la hora de las gallinas si terminaré perdiendo el tiempo igual y mi día a día será ir como una zombie por la vida...No gracias. Quiero intentar que mi jornada sea productiva sin esclavizar mis horas de sueño. 

Me propongo muchas cosas. Hago listas como me enseñaron. Las ordeno y las deshago por sectores. Importancia o urgencia. Trabajo, ocio, casa y un mix de todo. 

A veces me preguntan en qué utilizo el tiempo si no tengo hijos.

Si no lo hacen así a bocajarro, lo hacen sutilmente. Un día tengo que hablar sobre lo desubicada de esa pregunta y la de: ¿Por qué no tienes hijos?. Pregunta que hacen muchas mujeres y hombres que todavía viven en otro siglo y creen que todo se centra en la descendencia que muchos no deberían tener...Esa es otra historia, también.

Volviendo al tiempo; me levanto a las ocho, ocho y media de la mañana y paseo dos perros (mi pareja pasea a los otros dos). Por suerte con él, nos partimos todo el trabajo de la casa. Desayunamos y limpio toda la casa. Es algo rutinario que no puedo dejar de hacer; pasar la escoba y recoger pelos como si fueran  las "bolas del Oeste Americano". Hacer la cama. Limpiar la cocina y los baños. Hacer la compra de lo que se necesita. 

En casa cocinamos todo. Muchos fines de semana hacemos "batch cooking" ( o sea cocinamos un montón de cosas y las congelamos para tener comida toda la semana). Pero otras veces cocinamos en el día. También cocinamos cada día la comida del pequeño Chinchu. El perro pequeño que siempre estaba enfermo y  que come "casero" y no "croquetas de perro". Y dos días a la semana a los otros tres. Han mejorado su salud al no comer esa porquería empaquetada y aunque uno piense que gastas más no es cierto. Gastas tiempo...solamente.

Después de todo eso ya es casi mediodía. Quizás debo despachar algún paquete de alguna venta del día anterior o de la misma mañana. Así que lo preparo y camino unas cuatro calles para llevarlo al punto de recogida. 

Cuando vuelvo ya debemos volver a pasear perros ( tres veces al día salen a la calle, un promedio de media hora cada perro). Almorzamos, comen ellos también. Limpiamos la cocina y ya nos dan las tres de la tarde...Y ahí me pongo a trabajar en mi habitación/taller hasta las ocho y pico de la noche.

En ese tiempo "organizo" las nuevas piezas, armo algo, pienso y escribo los temas de los posts para Instagram (donde vendo), subir historias para ser visible y que la gente no se olvide de ti y te compre. Arreglar de vez en cuando la Tienda Online y Mercado Libre (plataforma parecida a Etsy pero en Argentina). Estar pendiente de los precios (porque en este país la inflación hace que tengas que retocar casi cada mes...). Ir a los mayoristas cuando necesito algún insumo, quedar con alguna amiga, escribir, leer...

Siento que escribí esto del tirón...y si me parecía que no "hacía nada en todo el día" y me preguntan porqué no hago un curso o me apunto a  esto y lo otro ( tú que no tienes hijos... y trabajas ahí en tú casa "tranquila"...) ya me quedó claro que desde afuera todos opinamos. Pero cuando te paras a escribir (yo en este caso) atinas con todas las cosas que haces y que nadie ve o que una misma pasa por alto. Seguro que me olvido de más cosas que hago pero bueno...creo que este capítulo termina aquí.

Me doy por satisfecha.




sábado, 19 de agosto de 2023

El bien del mal



Hay gente estúpida. Y su estupidez va más allá de sus actos.
Para no creerme un ser superior diré, que seguramente hay alguien en alguna parte que piensa eso mismo de mi.
Cosas, seguro, muchísimo peores. Como yo las pienso de según qué personajes.
Podría escribir un montón de frases que sirven de cabecera para definirnos mutuamente. 
Pero la verdad, hoy voy a vanagloriarme de mi ética personal y mi capacidad de distinguir el bien del mal.

De diferenciar actos estúpidos de gente estúpida. De actos malos o de gente malvada. De palabras necias a gente necia por naturaleza. 
Podría hacer una lista o elaborar un plan, pero es más fácil que todo eso. Todo radica en la facilidad que tenemos los humanos en inclinarnos hacia el lado equivocado de la balanza. 
Donde el ego nos cubre de todas las mentiras posibles que podamos crear. Cubrimos nuestra piel de falsa compasión cuando en realidad estamos hechos de puro egoísmo. 
Simples. Somos seres simples. Cargados de explosiva estupidez.
Al acecho. Siempre preparados, listos para demostrar de todo lo que somos capaces.

Pero no vine a hablar de mi. 
Por que,  pese a que me incluyo en la descripción de esos seres deformes venidos a menos en la tierra, nunca podré ni querré parecerme a ellos.

Por eso me encargo de solventar ciertos problemas que crean ciertas personas. Sin embargo, siempre deseo creer que estoy equivocado en mi diagnostico y reviso los expedientes una y otra vez. 
Empiezo las vigilancias y las persecuciones. Pero a veces, por desgracia, no hace ni falta. Porque son tan evidentes los hechos que los señalan que no puedo darles ningún tipo de clemencia.

Cuando estaba al mando de otros, no podía ser objetivo. Ni podía contradecir las órdenes. Me daban una carpeta con un nombre y una dirección. Y la solución.

Cuando me di cuenta que a veces los ''de arriba" perdían el equilibrio entre ''el bien y el mal'' por cuestiones poco éticas y acabaron pareciéndose más de lo que debían  a los seres que perseguíamos, decidí desaparecer. 

Soy como las sombras que caen al atardecer. Soy el frío que llega de golpe en una tarde de otoño. Soy el desenlace de cualquier historia.

Espero. Estudio. Y caigo como un halcón atrapando a su presa. Sin compasión.
Por que no puedo tener compasión con la maldad. 
La maldad es la carcoma de este mundo agonizante. 
Se debe erradicar. Por eso estoy aquí y por eso sigo con mi trabajo. Sin ningún líder ni jerarca que pueda utilizarme para su propio propósito. 
Sin sesgos. 






viernes, 11 de agosto de 2023

Piezas


Eras como la diminuta pieza de un puzzle.

Desfragmentado. Perdido en un cajón sin caja. 

Piezas sueltas sin posibilidad de saber cómo encajarlas. Desordenadas.

Sin entender el significado.






martes, 8 de agosto de 2023

Tony y Susan o Animales Nocturnos




De como llegué a  este libro es por así decirlo bastante curioso.
Me encantan las bandas sonoras. Cuando miro una película o una serie tengo siempre mi móvil cerca con dos apps: Google keep y Shazam.
Una para anotarme esa frase que me gustó y la otra para buscar quién es el autor de la música que suena de fondo. Es una app genial. Hasta en el supermercado la he llegado a utilizar acechando alguna melodía.

No recuerdo bien cómo encontré "Animales Nocturnos" en Spotify. Quizás porque ya había escuchado algo de Abel Korzeniowski y la aplicación te da sugerencias. Así que llegué  a esa banda sonora y la hice mía durante todo el año 2022. Mía quiere decir, que Spotify me recordó en diciembre que había escuchado esa banda sonora en bucle...como un total de no sé cuantos cientos de días...

Luego busqué la película. Por suerte estaba en una plataforma que yo tenía: Flow.  
Otra cosa que hago es mirar los comentarios y varias personas hablaban mejor del libro. 
Así que lo busqué y leí buenas reseñas. Decidí leerlo antes que mirar la película.

Es un libro que me generó angustia. Está lleno de violencia. Pero es una violencia no explícita. Es una historia de venganza pero toda extraña para mi gusto. 
Es un libro dentro de otro libro.

Susan recibe una novela escrita por su ex marido Edward ( Animales Nocturnos ) y pasa tres noches consecutivas sin poder parar de leerla. 
Tony es el protagonista de esa novela.

Mientras vas leyendo las dos historias se van entremezclando psicologicamente. Vemos todo lo que le ocurre al protagonista de Animales Nocturnos.
Mientras leía, me iba enojando con él, con su situación. Intentaba entenderlo. 
Comprendí que no es un héroe, sino una persona normal en una muy mala situación. 
¿Cómo reaccionaríamos nosotros ante una situación de violencia? 
¿Cómo protegeríamos a quién amamos? No somos Bruce Willis. Y, con el diario del lunes...¿qué cosas podríamos haber hecho que no hicimos? ¿Cómo nos perdonamos? ¿Cómo seguimos con nuestra vida? ¿Nos vengaríamos? ¿Seríamos capaces? ¿A qué costo?


Mientras vas leyendo, Susan va recordando y repasando su vida. Una vida parecida a cualquier otra, una mujer que deja muchas cosas para construir su "ideal" de familia. Hace balance, recuerda, compara y entre todas su inquietudes y  sus dramas personales intenta comprender a Tony. Como juzga desde el cómodo sillón de su casa todas las decisiones que él toma, como las critica y analiza. 
Como también lo hace con todos los demás personajes, personas complejas con distintos objetivos y maneras de ver y respetar la vida. Mientras se va desgranando su relación con su ex marido.


Tony y Susan o Animales Nocturnos es un libro  extraño pero fácil de leer y que te atrapa como atrapó a Susan. 
El final es un poco rarito pero la novela en sí creo que ya lo es. 
Leo muchos libros de ficción tipo policiales o thrillers y este no se parece en nada a ninguno, quizás por eso me gustó. Genera suspense, angustia y te hace pensar. 
¿Cómo reaccionaría yo ante una situación así? 
Yo no lo sé. Y espero no saberlo jamás. 


Luego miré la película. Es oscura y también tiene ese punto extraño. No creo que sea fácil adaptar esta novela a la pantalla. Pero tiene la esencia. 
Obvio, la música es lo más espectacular. Creo que salva muchas de las escenas.



PD. Ya sabéis que yo no sé hacer reseñas...sólo escribo sobre mis percepciones. De si algo me gusta o no me gusta. Y es una manera también de volver a escribir. 
Que sea buen o mal libro no debo decirlo yo. 
A mi me entretuvo.





Banda Sonora:




" en qué punto la no resistencia se convierte en suicidio o
 en negligencia por aceptación tácita"


"mirando hacia atrás desde la superioridad del presente"





Tràiler Película:





sábado, 5 de agosto de 2023

El robo de la Barriguitas Negra.


 
Estas semanas  las redes están a explotar con Barbie; la rubia de cuerpo escultural que tanto da que hablar. Yo también quise una Barbie de pequeña y aunque en mi casa no estaba el horno para bollos alguien me la regaló. Y cuando la tuve, mis hermanos se encargaron de dejarla coja. 

Así que tuve que hacer de enfermera Barberil y con un trozo de lana pegarle la pierna a la cadera de nuevo. 
Nunca volvió a a ser la misma. 
Luego a mi se me ocurrió cortarle el pelo y borrarle los ojos azules con acetona. 
O sea que mi pobre Barbie quedó coja y ciega demasiado pronto.

Y eso que nunca perdió el glamour.  Tenía sus zapatos de tacón aguja fucsias, un pantalón plateado con purpurina y un abrigo peludo (lo recuerdo a la perfección) de color azul eléctrico decorado con toques en plateado. 
Durante muchos años la conservé en un cajón. 

De todas maneras habían unas muñecas que a mi me fascinaban y me gustaban muchísimo más que Barbie. Y esas eran "las Barriguitas". Medían un palmo y eran unos bebés barrigudos muy bonitos y graciosos. Pero lo dicho, en mi casa no había pasta para comprar tantos juguetes. 

Igual yo era bastante "marimacho" y me gustaba jugar a los "clicks de famobil" con mis hermanos y a la que me percaté que las muñecas siempre terminaban pasando a mejor vida, me salía más a cuenta jugar con ellos y sus "Playmobil".

Pero las barriguitas me habían robado el corazón y mi parte más neni se moría por ellas. 
Así que con ocho o nueve años o quizás más...no recuerdo la edad de mi más vil fechoría, les robé a mis primas una Barriguitas bebé de color negro.
 
Durante años y años fue mi secreto. Cuando venían a casa me cuidaba de guardarla muy bien. Ni si quiera mi madre se dió cuenta jamás. 

Ellas tenían como cien barriguitas! y yo siempre me quedaba mirándolas extasiada. Tenían todas las barriguitas que salían nuevas: la Barriguitas Sirena, la China, la Mexicana, la rubia de pelo largo, la morena de pelo con rulos...muchas...tenían muchas y todas esparcidas por la casa, tiradas. Y yo no tenía ni una puta Barriguitas. Perdón.

Con treinta y pico de años en una cena de Navidad les confesé que les había robado una Barriguitas...  Las dos empezaron a descojonarse de la risa mientras toda la mesa se quedaba callada intentando averiguar qué ocurría.
Les grité: He cargado durante años con eso en mi conciencia y ¿nunca os disteis cuenta?

-¿Cómo nos íbamos a dar cuenta si teníamos muchas? Nos podías haber pedido una y quizás te la hubiéramos regalado...

No, la verdad que no creo que me la hubieran regalado porque eran unas niñas un poco repelentes aunque yo las amaba. Odiaba su desorden y lo descuidadas que eran con las cosas. Era ese descuido habitual de las personas que tienen de todo y que no aprecian nada. No me la hubieran regalado así que opté por robarla. Les pregunté si querían que se la devolviera...creo que todavía se ríen...

Robé una Barriguitas bebé de color negro que además no llevaba ropa y nunca pude pedir a nadie que me compraran un conjuntito porque nadie debía saber que yo tenía esa muñeca. 

Fue mi secreto por más de veinte años y la conservé hasta que me mudé a Buenos Aires. Ahí dejé que el apego a mi robo y a mi muñeca hermosa se fuera dentro de muchas cajas con otros cientos de recuerdos.


lunes, 15 de mayo de 2023

Quiero ser mala persona

 



Me gustaría ser mala. Muy mala persona. 

Y que nada me importara. Tener un punto de psicópata o más de un punto. Todos los puntos.

Todos los putos puntos enteros y las comas y lo que sea. Mala para desear que le vaya mal a alguien. 

Para que no me importe la vida de los demás. Ni que me de pena la vecina que no llega a fin de mes y sus hijos nunca estén. Y que ella vaya a recoger una bolsa de comida al colegio de la esquina. 

Para poder pasar por delante de un perro atropellado y ser capaz de dejarlo ahí e irme a comer una hamburguesa a McDonald's. 

Quiero ser mala persona y dejar la empatía encerrada en un agujero negro. 

Y vivir sólo para mi sin mirar al mundo. 

Sin pensar en nada más que en mí misma. 

Quiero ser mala persona y meditar sobre eso. Creer que hago bien. Creerlo del todo. 

Irme a dormir feliz. Pensando en qué color me pintaré las uñas mañana para ir al trabajo y reírme de la peña que no está a la altura. Pensar en las vacaciones  en Asia y regatear al máximo para ahorrar unos cuantos billetes que sólo me servirán en mi país para un desayuno pero para ellos es la diferencia.

Quiero ser mala en todo. En cualquier pequeña cosa. En la más simple. 

En dejar comentarios hirientes en todas las redes sociales. En hacer trampas, en saltarme la fila del supermercado, en no pararme en ningún paso de peatones, en hablar mal de la peña. En tirar el agua y la comida del gato abandonado de la esquina. En poner veneno al perro del vecino que ladra mucho. En llamar a la policía porque esos indigentes que piden en la puerta de casa me molestan mucho. Hacen feo. Traen decadencia a mi barrio.

Quiero ser una mala consentida. De las que hablan y gritan que nadie ayuda ni hace nada...pero qué sofá más bonito tengo en casa. De las que se va de fiesta y deja que otros limpien por ella. De las que critica todo, porque es perfecta. 

Una mala socialmente adaptada, permitida, naturalizada.

Ser mala es lo más. ¿No?


domingo, 7 de mayo de 2023

Contradicciones


Hace tiempo que me debato entre fotografiar y hacer videos de todo para subirlos a las redes o dejar pasar el momento y vivir el presente con todos los sentidos puestos.  Dejo para mañana cosas que podría subir hoy a instagram porque no coordina el feed o no lo acompaña un texto que me termine de gustar. La capacidad de google fotos está al límite y en octubre quité la opción de hacer copias de seguridad. Es que estoy harta de tanta teconología y de tantas cosas que hay que hacer para no ser invisible. Y porque me acostumbré o nos acostumbramos a no imprimir todos esos recuerdos que fotografiamos. Están ahí en la nube, en la memoria del teléfono...Y termino en la dicotomía de querer tener todo enlatado o no querer nada. 

Y entre medio, utilizas el móvil para una mañana de trabajo, haces una foto a ese cielo hermoso porque quieres inmortalizarlo en esa red social donde ya quedó que es tu albúm de fotos personal y donde también quieres subir el último vídeo que ayer a la noche pasaste por Inshot de un cuaderno que regalaste y quieres guardarlo también ahí y así la gente que te sigue también puede verlo...

Hace tiempo que estoy en medio de muchas cosas y a veces algo tiene que torcerse. Así que entre medio de todos esos pensamientos, fotografias, redes y demás, el teléfono decidió morir. 

Sin avisar. Sin que tengas la sana y preventiva decisión de pasar fotos al ordenardor, subir el vídeo de Inshot y las fotos a Instagram. De guardar las dos mil y pico de fotografias que tienes desde octubre y que nunca te paraste a pensar de gastarte 10 dólares en comprar más almacenamiento de google ...

¿Por qué? ¿para qué? 

Muere. Queda la pantalla de repente negra y pienso...déjalo descansar...cárgalo...toca algún botoncito...Y no...el muy maldito muere sin agonizar. Con un simple PUF. Con un simple cierro la pantalla y jódete amiga! Sin un maldito suspiro. Sin error. Caput. 

Sí...y entre medio me asalta la ira, la pena, la mala leche...cuántas cosas que perdí...fotos, vídeos, muchas cosas del trabajo (de las que odio hacer fotos), notas...muchas notas que ahora me acostumbré a hacerlas en el teléfono, wattssaps...

¿Cuál es la solución a la manera de vivir de hoy con la tecnología? No termino de encontrarle el equilibrio. Y otra cosa que odio...lo poco que duran los dichosos móviles. Yo no soy una terminator. Cuido mucho todas estos aparatos, primero porque son muy caros y segundo totalmente contaminantes. La verdad es que estoy muy enfadada con este mundo que nos ha tocado vivir. Donde todo se rige para gastar más y para sobrevivir tienes que reinventarte cada día. 

Y la verdad, empieza a ser todo muy cansado.



jueves, 20 de abril de 2023

Grandes Reflexiones


La gente mete la pata, se equivoca, sufre. Y es mala, pero ¿Por qué es mala la gente? Porque sufren mucho.  Los que más sufren son los más malos...no se aceptan a sí mismos, no se quieren y acaban siendo malos. 


La vida es mudanza: ves que pasan cosas horribles a los demás y cuando te pasan a ti,                                ¿ por qué van a ser más horribles? Por eso " lo raro es vivir"...

.

..si abres la ventana y ves la capacidad de sufrimiento del mundo,                                                                de sufrimiento verdadero y real, no puedes centrarte en tu ombligo...


Este es un mundo difícil para las personas elegantes de espíritu y de sentimientos: es un mundo de aquí te pillo,  aquí te mato.


"Quien quiera humillarte, no pueda, a quien puedas humillar, no quieras''


Reflexiones que rescaté de un cuaderno, súper acertadas, de la novelista española:

                              Carmen Martin Gaite ( La Memoria)

                Del libro: El Mundo según las Mujeres de Margarita Rivière



domingo, 9 de abril de 2023

Vivir sin Adornos



Gabriela tiene unos diez años más que yo y trabaja en la tienda de al lado de casa donde compro muchas veces. Te atiende con una espectacular sonrisa y es una señora muy dulce. Como me enrollo como una persiana pues muchas veces charlamos un rato si ella no tiene personas que atender. 

Gabriela es argentina y en el 2014 dejó su trabajo en una multinacional porque no soportaba la presión.
Me sonríe y me dice con ese acento tan amoroso -Un buen día te das cuenta que no necesitas tanto para vivir. Ni siquiera a ciertas personas. Me encantaría ver la cara de alguna de ellas si me encontraran trabajando acá entre verduras...

Con la mentalidad actual uno piensa o lo primero que yo pensé: porqué trabaja ahí y no por ejemplo en una tienda de ropa que parece más "chic" o porqué no montó su propio comercio...o algo...como si trabajar en un lugar u otro fuera mejor o peor.

Como lo mío no es la diplomacia y a veces me gusta saber más por mi, que no por curiosear; me encanta escuchar los motivos de la gente para hacer una cosa u otra. Por qué eliges esto y no lo otro. La razón de una decisión. Es tan importante. Y aprendes muchas cosas de los demás. Que te pueden servir. 

Hablar con ella me hizo pensar en todos esos prejuicios sociales tan estúpidos en los que nos movemos las personas. En el que dirán. En el qué pensarán. La verdad verdadera es que la gente puede pensar lo que les de la gana porque no te ayudarán a cambiar tu realidad. Si es que quisieras hacerlo...Cuando no quieres cambiar se hace más difícil entenderlo para los demás y de ahí viene que existan los chismes. 
O así lo veo yo.

Para Gabi, trabajar en un comercio donde lo más "difícil" es pesar la fruta le proporciona paz mental. 

-Cuando dejé mi trabajo, nadie podía entenderlo. Pero yo empecé a dormir por las noches. A veces es sólo encontrar la manera de vivir sin adornos.

Vivir sin adornos. Me quedo con la frase. Para mi significa vivir sin el lastre de lo que dirán o pensarán. Vivir en el pequeño mundo que te crees. Que te resbalen las opiniones que no sumen. 

-Trabajo desde chica y no quiero dejar de hacerlo. Levantarme cada día y venir al laburo, hablar con gente, estar ocupada. Poder pagar mis cuentas sin tocar mis ahorros, estar tranquila en este país donde la tranquilidad es casi una quimera...


Qué lista es esta mujer pienso cuando la miro. A veces es como mirar al mismísimo Buda. La admiro. 
Y pienso algo en lo que nos estuvieron engañando todo este tiempo, no somos lo que estudiamos, ni lo que trabajamos. Somos nosotros. Solamente. No vamos acompañados de un código de barras donde al presentarnos debemos enumerar todo lo que hicimos y hacemos. 

Es algo a lo que cada vez le doy más vueltas. Es algo en lo que pienso si debo volver a España. Pienso mucho en el trabajo que me gustaría encontrar. Y la verdad que es uno en el que tenga poca responsabilidad y no deba vender nada. 

Uno que me permita tener tiempo. Tiempo para mí y los míos. Ya sé. Los sueldos son una mierda. Pues sí. Aquí y en cualquier lugar del mundo. 

La cuestión está en no caer en la rueda del consumismo. En querer aparentar. En querer tener de todo. En querer ir a los lugares de moda, en viajar lejos, en llevar ese auto que anuncia tu estatus. ¿Para qué?

 En un tiempo próximo, del mundo que conocemos quedarán las cenizas. Y de qué habrá servido todo ese desgaste de energía en querer ser "algo".

Si. Últimamente pienso mucho ( quizás siempre lo hice pero nunca lo puse en práctica) en los "adornos" que nos impone la sociedad. 
¿Son necesarios? Creo que pocos de ellos lo son. Creo que se puede vivir con menos. 

Pero sobretodo, se puede vivir ajeno al que dirán.

                                                   ***************************


NOTA: Puse la opción de MODERACION DE COMENTARIOS porque estoy harta de andar borrando comentarios de tres blogs que me insultan e insultan a la gente que aquí comenta. 


PD. Y como esas/esa persona la bloqueé del mail...que sepas/sepan que NO PODRÉ LEER sus comentarios porque no me entran ni siquiera en SPAM. 
Así que no gasten energía en escribirme. 
Escriban en sus blogs.

 

martes, 17 de enero de 2023

El tiempo X


 

Quizás mañana cruce mal la calle o alguien no respete el paso de peatones, nada más fácil en este país y muera atropellada. Quizás el corazón me juegue una mala pasada y me deje de latir. Estoy en esa edad ideal. Siempre es posible que muera antes que tú. Nadie te dijo que no era probable. Pero piensas como ingeniero, tus números y tus estadísticas prevalecen sobre cualquier otra explicación. Yo me quedaré y tú te irás. Cada día es un día menos y no sé muchas veces como ser mejor. Como comprender tu ironía. Como entender tu relación con la vida.  Y tu paz con la muerte. Nos creemos eternos, los accidentes o las enfermedades nunca van con nosotros. No están en nuestras agendas. Y cuando tienes que incluirlos te desbarajustan la vida; el presente y el futuro. Tener un tiempo X no es como en las películas, donde el protagonista se va de viaje y disfruta de lo que le queda. Donde su entorno se diluye en colores pastel y todos son amorosos y complacientes. Donde las sonrisas genuinas te abrazan y te acompañan. El tiempo X se acomoda entre turnos de infinidad de pruebas. De esperas ansiosas de resultados. De rezar a la nada. El tiempo X transcurre como hace dos años atrás cuando todo empezó. Pero con duración de caducidad invisible. 


lunes, 9 de enero de 2023

DECISIONS...DECISIONS...DECISIONS...





Cualquier cosa que hacemos depende de una decisión. Hasta lo más simple. 
Beber un vaso de agua, ducharnos, cruzar la calle, responder una llamada, pasear el perro, comprar. Todo conlleva una decisión aunque sea automática. Y esa decisión nos cambia el rumbo de la vida.

Para mi no hay decisiones buenas o malas. 
Las buenas te ayudan y las malas te hacen aprender. Pero no podemos escapar de ellas. Las importantes te marcan; te guían hacia algún lado o te estancan. 

En 2016 me lié la manta a la cabeza y tomé una decisión. No en un segundo, ni en quince minutos ni en horas...fueron años... La oportunidad se mezcló con una especie de huída, ahogo o tristeza que arrastraba mi vida.  O toda una vida. 
No. Mi vida no era mala. Mi vida era como cualquier otra. 

Tenía todo lo que uno necesita. Pero a veces en esa vida presente pesan más las cicatrices. Y yo tenía muchas. Demasiadas. Las sigo teniendo. 

No creas que por vivir en otro lugar los costurones desaparecerán. No. La mierda siempre la llevas contigo, como bien dicen por ahí, cargándola como una mochila. Una mochila que no se despega de tu espalda si no haces nada por aligerarla.

Así que decidí cerrar una vida de 45 años para empezar otra nueva en la otra punta del mundo. Diez mil kilómetros me separaban de todo. 

El trabajo que me esperaba duró poco tiempo. El caos de una ciudad gigante me engulló. El ruido del tráfico hizo que me pasara tres meses sin dormir más que tres o cuatro horas al día. Que me levantara de mal humor. Mis amigas no entendían mi decisión y cada vez que hablaba con alguna me decían: puedes volver. Y sí. Es obvio. ¿Pero y si no quería? Y ¿si mi decisión era adaptarme para no volver?

Adaptarse a otro país no es nada fácil. No tienes amigos, referencias...no tienes nada de nada. Sólo las ganas de tener otra vida. Siempre mejor de la que tenías, claro está. 

Ser europea en Buenos Aires ayuda mucho. Sobre todo ser española. Los argentinos aman todo lo relacionado con España. La mayoría son descendientes de emigrantes que huyeron de las guerras. 
Eso siempre fue un plus. Y que son todo amabilidad.

En el 2018 en unos de esos propósitos de Año Nuevo decidí que debía cambiar mi mentalidad y dejar de ser esa especie de bicho solitario que parece que no necesita a nadie. La verdad era que me hacía falta tener mujeres a mi alrededor,  ir a desayunar, hablar de pavadas, compartir. 
Me di cuenta que extrañaba toda esa vida social tan intensa que tenía en el Maresme. 
También un nuevo trabajo, hacer las paces con esta ciudad y tener un hobby que me ayudara a pasar el tiempo que tenía sola. 
O lo conseguía o me volvía. 

Está claro que si aún estoy aquí en el 2023 es que conseguí lo que me propuse. 
En el camino se quedaron muchas cosas, que por ser como soy, no recuerdo si es que no me siento delante del portátil y me exprimo el cerebro. Porque lo malo siempre queda en algún rincón escondido. 
Soy positiva aunque  no lo parezca. Pero lo soy porque a base de pensar y escribir lo que no me gusta sale la parte que busco: la parte buena de las cosas. Las que valen la pena. 

En este viaje que hice a mi casa hace dos meses me di cuenta de lo adaptada que estoy aquí. Tan adaptada que se me hace cuesta arriba pensar en que quizás, quizás deba volver.  Eso también hace que siempre ande a la deriva. Sin un proyecto a futuro. Viviendo el día. Y algunos pensarán, caray! lo que todo el mundo anhela! vivir el presente. 

Pero vivir el presente tiene sus desventajas. Y más cuando ya empiezas a ser una "señora mayor" a la que encontrar un trabajo nuevo no le será tan fácil. 
Y han pasado siete años. Que se dice pronto. 
Donde todo cambia a una velocidad terrorífica. Donde tus amigas ya no lo son o cambiaron tanto que no tienes nada que decirte. Donde estabas acostumbrada a una vida que ya no te pertenece. Que no existe.
Donde debes empezar de cero. 

Es volver a emigrar. A construir de nuevo una cotidianedad. A crear monotonía. Rutinas. 
Porque por mucho que odiemos los humanos nuestra vida diaria, sin ella, sin esa zona de confort que nunca valoramos, estamos perdidos. 

Todavía falta para tomar esa decisión. Pero es algo que está ahí. 

Cada día me encuentro a alguien que me mira con sorpresa. Alguien que desearía irse a vivir a España, así sin pensarlo. Alguien que tiene un amigo, hijo, hermano que se ha ido. Que "me afirman" que allá se vive muchísimo mejor. Que no pueden entender que yo esté aquí. No es broma. Es casi a diario. 

Luego están los que nunca se irían y que siempre trabajarán para conseguir una Argentina libre de ladrones. Para conseguir un futuro mejor para sus hijos. 

Yo no sé qué futuro habrá aquí si sigue el populismo pero tampoco sé qué futuro habrá en la Europa de las guerras. La verdad que el mundo está complicado en todos lados. 
Encontrar un hueco y hacerte una vida depende de muchas decisiones. 
Esas decisiones que te quiebran la cabeza que te ponen triste o alegre. 

Igual me quedo con este tipo de decisiones que no son "de vida o muerte". 
Son para seguir adelante.