Quizás mañana cruce mal la calle o alguien no respete el paso de peatones, nada más fácil en este país y muera atropellada. Quizás el corazón me juegue una mala pasada y me deje de latir. Estoy en esa edad ideal. Siempre es posible que muera antes que tú. Nadie te dijo que no era probable. Pero piensas como ingeniero, tus números y tus estadísticas prevalecen sobre cualquier otra explicación. Yo me quedaré y tú te irás. Cada día es un día menos y no sé muchas veces como ser mejor. Como comprender tu ironía. Como entender tu relación con la vida. Y tu paz con la muerte. Nos creemos eternos, los accidentes o las enfermedades nunca van con nosotros. No están en nuestras agendas. Y cuando tienes que incluirlos te desbarajustan la vida; el presente y el futuro. Tener un tiempo X no es como en las películas, donde el protagonista se va de viaje y disfruta de lo que le queda. Donde su entorno se diluye en colores pastel y todos son amorosos y complacientes. Donde las sonrisas genuinas te abrazan y te acompañan. El tiempo X se acomoda entre turnos de infinidad de pruebas. De esperas ansiosas de resultados. De rezar a la nada. El tiempo X transcurre como hace dos años atrás cuando todo empezó. Pero con duración de caducidad invisible.
La vida real , no es como en las peliculas, no tiene tomas falsas ni repeticiones.... todo va a "la primera" y hay que salvarse como uno pueda ! :)
ResponderEliminarNuestro tiempo tiene caducidad , aunque no logremos ver la cifra....
Saludos !
No, no lo es Artur, muchas veces no hay segundas oportunidades y menos con según qué diagnósticos.
EliminarTodos tenemos fecha de caducidad pero lo bueno es que no la sabemos...y eso te da esa chance de jugar a ser eterno...
Besazos!!
Es verdad que nadie sabe lo que nos deparará la vida y es verdad, que cuando la tienes a fecha fija, entra un poco de vértigo, pero creo que tanto si sabes, como si no sabes lo que queda, hay que intentar vivirla momento a momento, instante a instante, sin planteártela mucho más allá. El futuro no existe hasta que llega, así que sufrir por adelantado no es una buena decisión. A mi tampoco me gustan las estadísticas pero sí que valen de referencia, aunque cuando las probabilidades juegan en en tu contra, sobreponerse a eso es complicado, sin embargo hay que hacerlo, porque la verdad verdadera de lo que nos va a suceder no la sabes nadie, hasta que sucede ; )
ResponderEliminarLa foto inquietantemente mágica.
Un beso JUDIT
Mi compañero siempre repite una frase:El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional. Pero la verdad que no creo que sea así tan llano...Es como decirle a alguien que está triste que no lo esté. Creo que los sentimientos son muy difíciles de controlar aunque cada vez hayan más herramientas para ello. Pero sí...es mejor pensar en el día a día y tener proyectos más cortos. Más fáciles.
EliminarMenos dolorosos. Así que ahí estamos intentando no pensar mucho o haciéndolo pero sensatamente y no agobiándonos mucho. O eso creo, jejejje...quizás por eso uno necesita escribir, para liberar la angustia.
Te mando una besazo gigante y un achuchón María!
La vida mata y solo somos el tiempo que nos queda.
ResponderEliminarEs así Cabrónidas, no hay otra manera de decirlo y solo nos queda aceptarlo y aceptar las pérdidas como sepamos . Abrazo!
EliminarCreo que nuestros pequeños cerebros de primates tienen un montón de interruptores que saltan cuando empezamos a pensar en ciertas cosas que no tienen solución. De alguna forma nos impide ver lo frágiles que somos y el poco tiempo que tenemos... Lo hace para protegernos, no podríamos vivir sabiendo que, en el fondo, no somos nada...
ResponderEliminarLa vanidad de los humanos o nuestra fragilidad...no sé que sería...estamos de paso y muchas veces no sabemos aprovechar bien el tiempo o ser mejores personas con la gente que nos importa.
EliminarSí, y cuando comprendemos lo importante que es suele ser demasiado tarde...
EliminarCarpe diem
ResponderEliminarA veces no sabemos como hacerlo
EliminarUn texto donde se palpan claramente la angustia, la ansiedad y la incertidumbre. Sé la razón de que escribas esto, te lo leí en una explicación tuya de hace tiempo. Tu compañero y esas pruebas...
ResponderEliminarDe hecho si, es tal como dices; tenemos fecha de caducidad, y estemos sanos o enfermos, no importa demasiado, cada día y cada instante estamos muriendo, lo aceptemos o no. A veces es mejor no saber ni pensar, y solo vivir. Cualquier día puede ser el último, pero nos cuesta asumir que hay un final abrupto.
Ya comentaré en tu otro post, que de hecho ya leí, pero quería encontrar el momento.
Judit... te aprecio mucho. Te abrazo fuerte. Adelante, siempre.
Hola What! seguramente todos en algún momento hemos pensado en la muerte, en la propia y seguro hemos vivido la de alguien cercano. Pero es como si no fuera con nosotros, no nos han enseñado a convivir con ella, en el cole te enseñan muchas estupideces pero la vida y la muerte son temas tabú como también lo son el sexo. No entiendo bien porqué.
EliminarY así estamos todos medio tarados...
Sabemos que tenemos un final. Pero cuando un médico te cuenta que te quedan diez años y te sonríe para darte ánimos y te dice que la medicina avanza muy rápido y quizás no serán diez sino veinte igual te quedas con la angustia que quizás sean tres...Yo no soy la que vive con esa incertidumbre y la verdad que no sé como reaccionaría yo en su lugar. No es fácil esta situación.
Muchas muchas gracias What por tus palabras.
Gracias.
No, la vida no es una peli ni en color ni en blanco y negro.
ResponderEliminarY todo tiene su principio y su The end dramático, o no.
No sé de qué mañana estará hecho, si bien conocemos las reglas del juego desde que llegamos a este mundo tampoco sé cuando perderemos la partida. Alea jacta est.
Yo no digo que no muera mañana. Mi grado de pretensión no alcanza esos límites de la demencia, pero cada día es una sorpresa (buena, mala, o peor) y nos dice que seguimos vivos. Y eso, ya de por sí, me da la luz (¿se puede decir 'luz'?). Así que, dado que su cercanía, su presencia, su fantasma, como quieras llamarlo, y dado que es una evidencia que está cerca, ¿por qué voy a estropear es efímera alegría elucubrando que es posible que mañana ya no esté?
Como muchos, ya he llegado a una edad "razonable", y para algunas cosas, soy diez años más joven. Excepto en las arrugas de la frente y las comisuras de la boca, y la enfermedad de mis huesos que no perdonan. Vuelvo a tener un contrato precario y cada tres meses he de preguntar si sigue en pie; vivo en nuestro palacio, pero ya no es un palacio, sino que más bien parece un teatro en ruinas; veo a veces a alguno de los aliados primigenios, y a veces, pero sólo a veces, nos abrazamos y hasta hablamos de proyectos futuros...
Y con cosas así se va componiendo mi/la vida.
Todos estamos para saltar por la ventana. Pero, aguantando un día más sin hacerlo, la capacidad de sorpresa que da el planeta es infinita. Si saltamos, nos perdemos esas sorpresas.
No saltemos;)
Abrazo grande, Judit.
Que cierto todo lo que dices Eva. La verdad es, que nada está escrito. Nada de lo que te digan. Ni si quiera un médico. Es vivir cada día como seguimos haciendo desde siempre. Seguir el camino, hacer planes, quizás más cortos, más seguros pero seguir al fin y al cabo.
EliminarAunque sea cada tres meses es seguir luchando por ello con la mejor cara y el mejor ánimo.
No...yo jamás saltaría por ninguna ventana y creo que mi compañero tampoco. Quizás somos más responsables que otra cosa y queremos demasiado a los de nuestro entorno para desfallecer. Así que no queda otra que poner la mejor cara y planear.
La tristeza y la incertidumbre la dejo cuando escribo.
Un besazo gigante Eva
Y fíjate que cualquier circunstancia de las que nombras ha podido pasar en cualquier momento de nuestra vida. El tema es que ahora empezamos a pensarlo con más asiduidad. Al menos yo.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Quizás es porque empezamos a tener esa edad dónde todo es más importante. Donde pierdes a personas que te importan de verdad, dónde las injusticias todavía te afectan más...creo que es la edad Sbm...yo así lo siento.
EliminarTe abrazo igual.
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EliminarEmpezamos a morir desde que nacemos, probablemente incluso desde que nos engendran. Y por un lado no se puede vivir pensando en el final porque sería un agobio, pero por otro hay que tener presente que no somos infinitos para poder disfrutar la vida. Complicado encontrar un equilibrio, sobre todo cuando la muerte se nos presenta de frente.
ResponderEliminarUn abrazo enorme y mucho ánimo.