ROSAS...Y DEMÁS FLORECITAS...
¿Seré la única persona en el mundo a la que no le gusten las rosas?
bueno,no sólo las rosas, las flores en general...
Mi primer novio me regaló un ramo de rosas,
un enorme ramo, el cual, casi ni pasaba
por la puerta de la tienda en la que yo trabajaba,
por la puerta de la tienda en la que yo trabajaba,
ante mi atónita cara de espanto y
la envidia no entendida por mi parte,
del resto de mis compañeras...
la envidia no entendida por mi parte,
del resto de mis compañeras...
Un poco más y me muero del disgusto,
de la vergüenza y de la rabia
de la vergüenza y de la rabia
de no poder, evidentemente, destrozar el ramo en la cabeza del pobre susodicho...
porque estaba claro, ante todo el mundo,
qué suerte tenía yo de tener un novio tan atento.
Y claro, tuve que sonreir y agradecer el detalle.
Me encontré con la horrible obligación de tener
que llevarme el ramito a casa...¿dónde lo pondría?
bueno, por suerte vivía con mi madre, a ella sí que le gustaban las rosas,
como a todas las mujeres, menos a mí.
Antes de salir de la tienda, había regalado la mitad de mis veinte añitos y
evidentemente, mi madre tampoco lo entendió...
En estos años me han ido regalando más o menos flores, ramos y demás...
y sigo en mis trece...¿qué gracia tienen?
Pongo la misma cara de circunstancias y agradezco fríamente el regalo.
Tengo amigas que sus casas parecen jardines,
mesas llenas de centros y jarrones llenos de flores de colores
y reconozco que es bonito, pero me molesta, ¿es extraño?
En cambio me maravilla la vista de un bosque verde,
puedo estar más de una hora admirando un almendro,
con esas florecitas blancas moteadas de rosa
que parecen alas de angeles.
Me encantan los sauces
con esas ramas verdes que parecen llegar al cielo
para luego descolgarse
para llorar al borde de la tierra.
Me encantan los balcones llenos de jardineras de geranios de color rojo,
nunca he sido capaz de conseguir un balcón así...
odio que se me mueran las plantas
odio que se marchiten las flores
que su brillo se apague
que agonicen en jarrones de cristal.
Quizás...mis ojos vean algo que los demás no ven...
Judit
Estos son los broches de rosa que he hecho para el día de hoy.
Estas son para siemrpe...
que llevarme el ramito a casa...¿dónde lo pondría?
bueno, por suerte vivía con mi madre, a ella sí que le gustaban las rosas,
como a todas las mujeres, menos a mí.
Antes de salir de la tienda, había regalado la mitad de mis veinte añitos y
evidentemente, mi madre tampoco lo entendió...
En estos años me han ido regalando más o menos flores, ramos y demás...
y sigo en mis trece...¿qué gracia tienen?
Pongo la misma cara de circunstancias y agradezco fríamente el regalo.
Tengo amigas que sus casas parecen jardines,
mesas llenas de centros y jarrones llenos de flores de colores
y reconozco que es bonito, pero me molesta, ¿es extraño?
En cambio me maravilla la vista de un bosque verde,
puedo estar más de una hora admirando un almendro,
con esas florecitas blancas moteadas de rosa
que parecen alas de angeles.
Me encantan los sauces
con esas ramas verdes que parecen llegar al cielo
para luego descolgarse
para llorar al borde de la tierra.
Me encantan los balcones llenos de jardineras de geranios de color rojo,
nunca he sido capaz de conseguir un balcón así...
odio que se me mueran las plantas
odio que se marchiten las flores
que su brillo se apague
que agonicen en jarrones de cristal.
Quizás...mis ojos vean algo que los demás no ven...
Judit
Estos son los broches de rosa que he hecho para el día de hoy.
Estas son para siemrpe...
A mi me pasa un poco como a ti... me encantan las flores pero prefiero verlas en su entorno natural antes que cortadas y cuidadosamente arregladas en forma de bouquet...
ResponderEliminarTus rosas de ropa sí que me gustan, son preciosas!!
La intención es lo que vale, estimada señora, y seguramente ese joven había querido halagarla. Muy posiblemente había intentado demostrarle su cariño y a veces los presentes suplen a las palabras, que vaya saber por qué razón son renuentes a salir cuando son más necesarias.
ResponderEliminarTambién prefiero observar las flores en su ámbito natural, no obstante también me gusta cuando alegran una casa. No sé a Ud., pero a mí me gustan las flores sencillas. Me gustan mucho esos ramitos multicolores tan comunes en los veranos. Claro que no tienen el aura de un ramo de rosas o la elegancia de los tulipanes, pero a mí se me ocurren más auténticos, como las palabras de cariño que se dicen en voz baja, casi con vergüenza pero que expresan los sentimientos más profundos. Yo asocio a esos ramitos simples y hermosos, con las almas puras capaces de ese cariño sincero.
PD: hermosas las flores que Ud. ha hecho. Qué sean para siempre