lunes, 23 de marzo de 2015

Sueños de cuadros Imaginarios.



(Ilustración Marina Marcolin)


Me asaltan las lágrimas cuando te recuerdo sentado en ese sillón, en el que nunca estuviste. Donde al verte te saludaba con un hola hambriento, de ganas de escuchar tu voz. Y me acercaba corriendo para darte unos besos que nunca me pertenecieron.

Escucho mi llanto triste cuando te veo cocinando algo sencillo y te giras para sonreírme. Esa sonrisa que quedó anclada en mi mente por muchos años que pasen. Como tuerces los labios en un gesto entre dulce y cínico. Cómo te ríes con la sencillez de las palabras escritas con el corazón. Aunque a veces las palabras fueran dolorosas y demasiado sinceras. 
Y siento tu mirada clavada en mi, llena de esa tristeza profunda que te caracteriza. Que preferiría luchar encarnizadamente con enojos que con tus ojos, pero que así somos. O así nos reconozco. Y tu imagen se desvanece entre los vapores de la olla con la que hierves nuestros sueños.

Estallo en sollozos abrazada a ti y te busco entre las sábanas de algodón blancas que nunca estrenaste. Me pierdo en ellas, en tu olor y en tu alma, mientras recuerdo cómo entreabrías los labios para buscar los míos. Todas esas noches que no tuvimos pero que soñamos tantas veces cuando entrelazábamos nuestras manos siempre que podíamos. 

Hoy recorrí nuestra casa imaginaria y me encontré dentro de mi propio sueño. Caminaba por azulejos de colores y bailaba con un ratoncito travieso. Me perdí en la niñez de la supervivencia, donde todo es más sencillo, nada duele demasiado y tienes toda la vida por delante. 

Como nuestros sueños. ¿Recuerdas?



4 comentarios:

  1. Espérame como se esperan los amantes imposibles. Con el alma, con el corazón y la esperanza de encontrarnos algún día.

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    1. La esperanza es lo último que se pierde...
      Siempre!
      Un abrazo!!!!!!

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  2. En la imaginación todo y todos son más grandes. Para eso la tenemos. Sin la imaginación no existirían los amores apasionados. Se apagarían con el sifón de la realidad. Está bien tener siempre un sueño a mano. Si no... ¿Para qué?

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  3. En la imaginación todo es mucho mejor. Hasta lo cotidiano se hace más especial. Luego la realidad se encarga de dar otro tipo de color a nuestros sueños.
    Aunque yo a veces pienso que algo deberíamos hacer las personas para conseguir conjugar sueños y realidad.
    Yo estoy en ello...ejem...

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