viernes, 2 de diciembre de 2016

Un día cualquiera lleno de huracanes.

Graffiti en "El Mercado de las Pulgas"
Buenos Aires

...en todas las ciudades hay esquinas difíciles, 
sólo hace falta sacudirse el miedo...



Me siento a desayunar en una cafetería pequeña, donde hacen un café bastante bueno. La música es horrenda, esa mezcla de hip hop o yo que sé que estropea el ambiente. Pero por suerte suena bajita y no molesta. Si te concentras en leer ya no se escucha. Siempre me siento en una mesa individual, pequeñita, que da frente a la puerta y a una vidriera grande. Miro el cruce que queda frente a mi, cientos de coches pasan sin descanso. El sol, a las diez y media de la mañana reluce  en contraste con lo oscura que está la cafetería. La temperatura ya es de 21 grados. Hoy volverá hacer muchísimo calor.
Intento cuadrar lo que siento al lugar donde estoy ahora. Una gran ciudad.
Un gran barrio. Muy grande, quizás demasiado. Imagino que no estoy aquí, la luz del sol me hace pensar en Barcelona. La calzada adoquinada también, hasta los taxis, pintados de negro y naranja. Pero Barcelona tampoco era mi ciudad.

Escribo pensando en una mañana de lunes. Dejaba mi auto aparcado, tomaba el autobús y a las 10 estaba desayunando en cualquier cafetería de Urquinaona.
Igual que ahora, observando vidas ajenas. Observando el movimiento frenético de autos y personas, pero con esa tranquilidad de pensar que esa vida sólo te pertenece los lunes por la mañana. Cuando faltaba género para la tienda, cuando quedaba con alguna diseñadora o simplemente me tomaba la mañana libre para charlar con alguna amiga.
No me pertenecía ese ruido, ni el caos, ni ese olor a asfalto "chamuscado".
Me tranquilizaba pensar que en unas horas volvía a la paz de una ciudad minúscula donde poder dormir por las noches.
Levanto de nuevo la vista y vuelvo a ver el cruce repleto de coches . La cafetería se ha llenado de gente a la que escucho pero no acabo de entender. Qué gracioso!
Es castellano pero no entiendo nada. Hay tres chicos sentados en una mesa a mi lado, presto atención a la conversación. No comprendo casi nada! Nadie me dijo que "el argentino" era tan difícil de "descifrar".
A veces pienso en mi amiga Lau, se vino de Francia sin entender ni una palabra de español. Qué mujer valiente. Ahora sé que  no creo que yo pudiera hacerlo. Vivir en otro país donde no me acompaña el idioma. Mis amigos "argentinos" que viven en Girona se mueren de la risa cuando les digo que me cuesta tanto comprender a alguien que habla por teléfono o a un grupo de gente en plena conversación animada. Lo que son las cosas. Es para reírse o para no creerlo.

Luego también me da por pensar en los miles de inmigrantes que hay en todas partes del mundo. Lo difícil que ha de ser acostumbrarse a un país donde ni si quiera son parecidos a ti en aspecto, ni hablan tu idioma.
Qué sensación tan horrible de miedo.
Yo no tengo miedo. Pero sí todavía me queda una sensación de vacío que he de llenar. Es un sentimiento extraño, porque no echas de menos tu casa, pero sí quizás echas de menos a lo que estás acostumbrado a "ver" y a "oír".
Hay momentos que pareciera que la ciudad te engulle, te hace sentir mareo, como si de repente, no supieras a dónde vas, aunque tengas claro tu destino. Todo es distinto, aunque a primera vista todo se parezca. Porque realmente todo se parece. Hasta las caras de la gente. Nada es tan distinto.
Hay lugares que me transportan a Madrid y otros muchos a los pequeños barrios de Barcelona.

Veo un policía apostado en una esquina, un chico jovencito cargando ese chaleco antibalas, ese reflectante naranja y ese uniforme tan negro con esta temperatura. Ayuda a cruzar a una señora la calle y vuelve a la pared que le da la  sombra para refugiarse del sol. Se ve que estos policías hacen de vigilantes a alguien concreto que necesita protección. Veo a muchos policías apostados en cualquier esquina. Debe ser horrible ver que las horas no pasan y que tu jornada laboral sea simplemente estar de pie en una esquina. Aquí la policía no parece nada cercana. Aunque sinceramente, yo actúo igual que en España. Si necesito preguntar algo, lo pregunto y se lo pregunto a ellos que para eso están.Y todos han sido la mar de amables.
Pero si que es verdad que si hablas con la gente no tienen demasiada confianza en el cuerpo de la policía. Me da tristeza. Yo jamás he estado en contra de los cuerpos policiales, está claro que nuestra sociedad necesita de alguien con uniforme a pesar de que nos joda. Me discuto siempre con la frase ¿quién vigila a los vigilantes?
Es cierto. Pero ¿quién vigilaría a los putos chorizos?

Lo mejor de este rato, mi café con leche con las dos "medias lunas". Ya lo dije en alguna parte,  son unos híbridos entre los croissant y los brioche. Están buenísimas y son las culpables de los kilos de más. Disfruto de la hora mirando al "tendido" y escribiendo frases sueltas que dan para una entrada.
Nadie nos prepara para los cambios. Y aunque éstos son necesarios y muchas veces la rutina diaria nos hace maldecir y nos hace desear que las cosas cambien, cuando realmente entras dentro del "ojo del huracán" al principio parece que todo es igual. Que nada ha cambiado.
Pero no es cierto, tu otro yo empieza a girar y a girar. Se ha de adaptar de nuevo. Ha de encontrar su lugar. Nuevos proyectos y nuevas ilusiones. Unas caerán estrepitosamente contra el suelo, otras volverán a levantarse y volarán por los aires.
Y entre esas subidas y bajadas, esos giros, esos aterrizajes, debes encontrar la manera de sobrevivir a las decisiones que tomaste.
Porque rendirse siempre es demasiado fácil.
Porque la vida te dirige hacia un lugar que sólo ella sabe. Y estoy segura que lo hace para que aprendamos. Aprendamos a seguir, a ser distintos, a comprender, a abrir horizontes...Siempre dije  que nada es por casualidad.

  

14 comentarios:

  1. ¿Sabes, Maman? Se me ha venido a la cabeza cuando hace años empezaba la lectura de un libro y me obligaba a terminarlo aunque lo odiase. Hoy en día lo veo como una estupidez. No me siento rendido si lo dejo a medias. Más bien al contrario, me rendiría si el tedio pudiese más que yo.

    Y no.

    Un besito. Encuéntrate.

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    1. Gracias Sbm!!
      todos los cambios merecen un tiempo de adaptación.
      Ahora mirándolo fríamente nunca se está preparado para un cambio tan radical, por muy optimista que seas. Estás muy lejos de todo lo que durante años y años fue tu zona de confort. Aunque le pongas todas las ganas del mundo, aunque a tu alrededor te lo pusieran fácil, creo que es un proceso interno más difícil de lo que uno cree.
      Se necesita tiempo para todo. Y más para adaptarse.
      Pero es cierto que si las cosas no van, uno ha de rendirse y no es un fracaso, es una retirada a tiempo.
      Un beso gigante y una sonrisa

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  2. Todo pasa para algo, siempre. Esta experiencia te llevará a alguna parte, tu solo disfruta del camino y las medias lunas ;)
    Un besazo!!

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    1. Sobre todo las "media lunas" Obtusa!!! es un placer desayunar tranquila durante un rato en alguna cafetería leyendo algo y saboreandolas...
      La experiencia está para irnos conociendo más, para saber cómo reaccionamos y cómo vamos cambiando de pensamientos a lo largo del tiempo.
      Todo es bueno, hasta los malos momentos.
      un abrazo de oso!!!

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  3. Tienes mucha razón, nadie nos prepara para los cambios,
    y la vida es una montaña rusa. Y aunque como bien dices algunos son necesarios también llevan su dosis de sacrificio. Somos muchos los de decimos que haríamos lo imposible por alcanzar nuestros sueños, pero la verdad es que eso es mientras la cruzada no nos cueste levantarnos del sillón o nos depare demasiados quebraderos de cabeza.
    A veces, marcar la diferencia
    significa pagar un alto precio, y ese precio no es otro que la soledad. 

    A mí me agobia a veces, pero he aprendido a mitigarla creyéndome fuerte, aunque no lo sea, a veces me es tan efectivo como serlo. :)

    Un beso, Maman.

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    1. Sabes...creo que tampoco en estos tiempos que corren ya ni para el sacrificio estamos preparados...todo tiene que ser rápido,todo tiene que ser perfecto, lindo y cómodo. Pero ya no para nosotros mismos sino hasta para los que están a nuestro alrededor, que no pueden entender muchas veces que puedas sentirte triste, que te cueste hacer las cosas, que extrañes, no algo en concreto, sino la esencia de donde procedes. Eso lo hace un poco más difícil y como muy bien dices el precio a pagar es la soledad.
      Pues yo hago como tú A. también me creo fuerte, me creo un Rambo y voy por la vida como él, cargando contra todo...pero a veces cansa un poco....
      Un beso preciosa A.
      gracias

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  4. Los días transcurren y siempre se salda con algo que valga la pena

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    1. eso es cierto Noel, cuando acaba el día, si haces un balance siempre hay algo que te hace sonreír y te dice que sigues en el buen camino...

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  5. muchas veces nos empeñamos en dirigir la vida, en marcar las fronteras y los mapas que queremos recorrer. Nos olvidamos de lo más importante, de disfrutar del camino recorrido... Un recorrido que podemos aderezar con muchas medias lunas ;)

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    1. eso es ser inteligente! ¿cómo podemos desperdiciar una y otra vez todo lo que vivimos? Y aunque nos digamos para nosotros mismos o lo repitamos para los demás que debemos "estar" en el presente y no en el pasado o en el futuro, siempre, siempre andamos tonteando y no nos damos cuenta de la importancia que tiene eso...disfrutar de ese camino diario. Saborearlo.
      Luego, continuamente nos vamos arrepintiendo...que lástima...
      ¿Sabes que hago ahora? me dejo las media lunas para mis días "tontos". Me relajo y las "saboreo". Me llevo mi libretita para anotar frases sueltas o mi libro y entonces todo vuelve a su sitio.
      Gracias!! un beso!!!

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  6. Otra ciudad, otro país. Pueden ser parecidas las personas, los lugares y hasta los taxis, pero el parecido es solamente superficial. El espíritu necesariamente distinto y eso se siente.

    Coincido en tu última apreciación, aunque más que sobrevivir a las decisiones que se han tomado, se trata de intentar convivir con ellas, pero si después de haber hecho el mejor esfuerzo uno se da cuenta que no ha podido, sólo quedará cerrar el libro, aunque no se haya terminado.
    Un beso muy grande y suerte en el intento

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    1. Si Alex, no es lo mismo. A primera vista y con todo el amor que le pongas a que te guste todo, nada es igual. Puede ser parecido, pero no es igual. Pero ni si quiera yo soy igual para ellos...soy distinta, mi acento es distinto, mi manera de ser, de hablar, de decir las cosas. Y supongo que en esas pequeñas diferencias a uno le cuesta más adaptarse. Pero también a los otros les cuesta más adaptarse a ti. No por maldad, ni si quiera por desconfianza, es por instinto.
      Uno no se integra de la noche a la mañana. Deben pasar meses y los meses se hacen largos muchas veces. Pero es una cuestión de tiempo. Luego, ya veremos. Gracias!

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