martes, 29 de abril de 2025

Incertidumbres


                              

A veces no soy agradecida con la vida. Durante muchos años viví enojada con ella y conmigo misma. Todo era ira y tristeza. Estaba enfadada con el mundo. Sin quererlo, a veces siento que no consigo sacudirme ese enojo. Pero no es contra la vida que tenía o tengo. Mi día a día. No.

Porque mi día a día es tranquilo, está lleno de buenos momentos. Mi trabajo y mi vida en este hemisferio me ha permitido estar en casa con mis perros. Dedicarles el tiempo que necesitan. 

Pude acompañar a Chinchu en su vejez y en sus últimos momentos. 

Pero es como si la vida de allá afuera me hiciera enojar. Algunas personas. 

Muchas personas. 

La desidia que hay en el mundo en todos los aspectos. Ya sé. Justo hablábamos este fin de semana pasado con un amigo de este tema. Él es un chico extremadamente sensible y le duele el mundo y sus injusticias. Lo escucho y pienso que yo era así antes, como él. Era.

Caigo en la cuenta, que entré un poco en esa especie de "disociación" en la que vive mucha gente hoy en día. Me aparté tanto del mundo y de su dolor que vivo en mi propio universo. Y salgo de él muy de vez en cuando. Y cuando lo hago debo hacer un gran esfuerzo para que me resbale todo ese dolor ajeno.

Y vuelvo a sentir ira y tristeza. Ahora por hacer mucho menos, por no estar en primera línea, por no hacer todo lo que hacía antes, por ayudar menos en mis "causas"...pero de ello depende mi salud mental. 

También me doy cuenta que tengo miedo. Miedo a volver. Que estoy hecha un mar de incertidumbre, que a veces pienso que volver es lo mejor, que en España todo es ordenado, todo está limpio, más seguro,  todo es menos caótico, todo es más...más lineal, más previsible...¿lo es? 


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